martes, 10 de agosto de 2010

Oí decir que cuando una persona muere y se convierte en cenizas, parte de esas cenizas al largo del tiempo pasan al espacio, y vagan al largo de años, décadas, siglos, milenios… sin un rumbo fijo, ni una desaparición absoluta. Esto me ha llegado a pensar que aunque nos separemos un futuro, en otro aún más lejano nos volveremos a encontrar. Porque aunque el destino nos separe, la naturaleza nos une.

Yulia

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