sábado, 31 de julio de 2010

5:46

5:46 de la madrugada del lunes.
La casa estaba en silencio, todos dormían, incluso Sara, una cosa muy extraña, a tener en cuenta que hacía semanas que no era capaz de cerrar los ojos.
Sara se revolvía en su cama sudorosa y envuelta en pánico, sumida de nuevo en las pesadillas que la invaden constantemente. Se relaja, esta quieta, parece feliz. De repente salta de cama chillando, envuelta en lágrimas, llora desconsoladamente, esta sola, completamente sola en esa habitación fría, Jon no está a su lado, tanto le ayudó y ahora no lo tiene. Junto a el las pesadillas la dejan tranquila, el vacío del pecho desaparece y no la come por dentro, casi se olvida de lo que le hicieron, pero ya no, no puede parar de llorar.
Se levanta, va al aseo y se lava la cara con agua fresquita, la chica del espejo no la representa, es pálida, delgada, casi anorexica, con la cabeza y los ojos llenos de problemas, así que prefiere ignorarla, vuelve a la habitación y se mete en la cama donde el colchón retiene aún su forma y calor. Tras mil vueltas, duerme. Por fin. Esta durmiendo Jon la abraza y la mece, no quiere despertar. No creo que lo haga.

2 comentarios:

  1. Pobre Sara... ¿Y por qué es tan infeliz? :(

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  2. Gracias por pasaros por mi blog, me alegro de que os guste.
    Os sigo :)

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